Señales de los Tiempos en 2020

Capítulo 1

Como en los Días de Noé

Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. (Mateo 24:37)

La gente puede preguntarse por qué los días de Noé deberían preocuparnos. ¿Qué tiene que ver el diluvio conmigo? ¿No fue hace miles de años? ¿Qué es exactamente lo que Dios quiere que entendamos de esos días? ¿Qué fue lo que los profetas advirtieron repetidamente?

Siempre es provechoso conocer la historia, ya que esta no siempre tiene que repetirse. Las lecciones de la historia son fundamentales, especialmente para que podamos aprender de los errores del pasado.

La profecía de los tiempos finales nos advierte que los últimos días serán como en los días de Noé. Para entender completamente esta profecía, necesitamos primero entender cómo fueron los días de Noé. Una vez que lo hagamos, podremos comprender el otro tiempo en que Dios juzgó a la tierra. A partir de este punto, podremos entender mejor cómo vivimos hoy en día y cómo esto puede afectarnos.

El Juicio Viene

En los días de Noé, la gente vivía sin tener en cuenta a Dios o sus mandamientos. Los habitantes de la tierra vivían de manera muy despreocupada y sin límites. Según Génesis 6:3, aunque Noé había advertido a las personas durante 120 años que el juicio de Dios habría llegado a la tierra, el pueblo continuó viviendo de forma impía. La gente de la época de Noé bebía, comía, se casaba, se divorciaba, elegía vivir sus vidas como si fueran inmortales y, lo más importante, no se arrepentían.

Uno podría preguntarse qué hay de malo en comer, beber, casarse y divorciarse. En Lucas 17:26-27, Jesús explicó que eran glotones, borrachos, polígamos, divorciados a petición y sexualmente inmorales. No creían en Noé y eran felices con su maldad y estilo de vida. Sus corazones estaban endurecidos y sus oídos embotados. Nadie se arrepentía y ninguno buscó a Dios. No escucharon y no quisieron escuchar las advertencias de Jehová. La gente de la generación de Noé mantuvo sus vidas descaradas y pecaminosas, ignoraron a Dios. Dios vio que la maldad del hombre era grande en la tierra y que toda imaginación de su corazón era malvada.

Según Génesis 6:6, el estilo de vida depravado y pecaminoso de la tierra en ese momento era suficiente para hacer que Dios “se arrepintiera de haber creado al hombre”.

Las personas de aquellos días no sabían la severidad del juicio que estaba por venir. Más tarde, se dieron cuenta de que los juicios que Noé les había advertido habían llegado a su fin después de que Noé y su familia entraran en el arca que Dios les había ordenado construir y la lluvia había empezado a caer.

Según las escrituras de Génesis 2:5-6, la tierra no había conocido la lluvia hasta el gran diluvio; el verdor y la vegetación habían sido hidratados por el agua que subía de debajo de la superficie y emergía el suelo.

Una vez que la lluvia torrencial y el diluvio comenzaron, aquellos hombres y mujeres de la época se dieron cuenta de que era demasiado tarde para ellos.

Estoy seguro de que muchos gritaron y muchos trataron de arrepentirse, pero Dios cerró la ventana de la oportunidad. La única familia obediente se salvó, pero los impíos murieron todos en las aguas de la inundación. La muerte fue el resultado directo de su pecado. Habían sido advertidos durante años, pero no quisieron escuchar y entonces llegó la destrucción.

Que antes eran desobedientes, cuando una vez la Divina paciencia esperó en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la que unas pocas, es decir, ocho almas, se salvaron a través del agua (1 Pedro 3:20).

La Sociedad Actual

¿Todo esto te suena familiar? Si no te suena, debería. Ahora adelantemos la advertencia de Dios a nuestra época actual. Hemos leído sobre las condiciones de la tierra antes que Dios la juzgara durante el tiempo de Noé.

La profecía bíblica ha advertido a la tierra sobre el juicio del tiempo final durante más de 2000 años, pero muchos no se arrepienten. Las personas se reirán y se burlarán de los que, como Noé, intenten advertir a la tierra de los juicios venideros. Como sucedió en aquellos días, algunos no van a escuchar.

Hay glotones, borrachos, drogadictos, inmorales sexuales y una alta tasa de divorcios en nuestra era actual. Muchos son amantes de sí mismos, amantes del dinero, orgullosos, arrogantes, abusivos, desobedientes a sus padres, desagradecidos, impíos, sin corazón, inquietos, calumniadores, incontrolables, brutales, no aman el bien, traicioneros, insolentes, hinchados de engreimiento, amantes del placer más que de Dios y tienen la apariencia de ser piadosos, pero niegan el poder de Dios.

Hoy en día, la sociedad se acerca a una inclinación en el comportamiento de los seres humanos que no puede ser revertida. La corrupción ha alcanzado niveles nunca antes vistos. Consideremos la reciente locura de los funcionarios del gobierno de consagrar el derecho legal de asesinar injustificadamente a los niños no nacidos. Hay una completa y total ruptura de nuestros valores en la sociedad actual. Vemos el aborto como algo normal y aprobado por las leyes mundiales, el alcoholismo como algo cotidiano, la drogadicción como una forma de distracción, la pornografía como el nuevo entretenimiento y aprendizaje expuesto a todos, los crímenes violentos como una forma de defenderse, el terrorismo como la manera de instaurar la soberanía de un pueblo, el egoísmo como el bien supremo obtenido de mejor forma y muchas otras cosas. Ahora, ¿qué está pasando en nuestro mundo? ¿Qué es lo que está sucediendo?

Jesús advierte sobre la condición actual de la tierra, que se asemeja a como lo era en los días de Noé. Así como la lluvia comenzó a caer en el juicio de Dios, la lluvia ha comenzado a caer sobre nosotros y, desafortunadamente, no la vemos. La sociedad actual no se da cuenta de lo cerca que estamos del final de los tiempos. Lo que Noé dijo sobre el juicio venidero por el pecado, la gente no lo creyó.

Es lo mismo hoy en día. Llevamos una vida sin tener en cuenta que el pecado tiene sus consecuencias o que el juicio divino se debe al creciente rechazo a Dios y sus leyes por parte de la humanidad.

Actualmente estamos experimentando plagas en la tierra, como la COVID-19, langostas, incendios forestales, terremotos, huracanes, inundaciones, hambre, guerras y rumores de guerra y crisis financiera a escala mundial. También se está produciendo una grave persecución mundial contra los cristianos. Estos son los comienzos de las penas que discutiré categóricamente en capítulos posteriores. Los signos de los tiempos están a nuestro alrededor, pero la mayoría no los reconoce.