Estar con Jesús, ser como Jesús y ser para Jesús

Este libro trata sobre las características del próximo Gran Despertar y sobre los elementos que necesitamos para que suceda.
Al igual que en tiempos pasados de avivamiento espiritual, en el próximo Gran despertar habrá sorpresas divinas. Sin embargo, las características principales de este próximo Gran Despertar son predecibles, ya hay un patrón gracias a los avivamientos espirituales previos. De hecho, las Escrituras revelan cómo el Señor planea que el patrón continúe.
El Señor quiere que entendamos estas características por adelantado para que sepamos qué buscar y qué encontrar. Nuestras ganas, oraciones y búsqueda de estas características son los ingredientes que proporcionaremos en nuestra preparación para este Gran Despertar. Todo lo demás, incluido el fuego santo y la creciente desesperación del mundo lo proporcionará Él.
Comenzamos con una descripción general: el próximo Gran Despertar será un movimiento de Dios tanto nacional como internacional — será un despertar basado en la Biblia, glorificador del Padre, dirigido por Cristo y empoderado por el Espíritu Santo, cada uno arraigados en el amor ágape —. No será un amor como el del mundo y como gran parte de la iglesia en la actualidad lo ve. Será un amor ágape como el que se describe en las Escrituras y derramado por el Espíritu Santo, y se centrará en tres cosas: intimidad, santificación y misión.
La intimidad es, principalmente, desarrollar una relación cada vez más estrecha y amorosa con Jesucristo, que busca nada menos que la “unidad” por la que Él oró que tuviéramos con Él en Juan 17: 20–23. La intimidad con Jesús a través del Espíritu Santo nos traerá una relación cada vez más profunda y amorosa con el Padre celestial como Sus amados hijos. También aumentará en gran medida nuestra capacidad de amar a nuestras hermanas y hermanos en Cristo, y a todos los demás a quienes Dios ama.
Debido a que necesitamos una meta fácil de recordar, y debido a que algunas personas son tímidas con la palabra intimidad, la llamaremos estar con Jesús.
Santificación es una palabra teológica que habla sobre el proceso de santificar; Dios es santo y llama a su pueblo a ser santo (1 Pedro 1: 14–16).
Ser santo significa apartarse del mundo y su maldad para que podamos unirnos a Dios y Su bondad; esto es justicia, no legalismo, pues es la “obediencia a la fe” la que alinea nuestras vidas con las declaraciones de Dios acerca de lo que es bueno y lo que no (Romanos 1: 5).
La santificación es el proceso de llegar a ser semejantes a Cristo, restaurados y convertidos a la imagen y semejanza de Dios, — a la que fuimos diseñados —. Por consiguiente, llamaremos a este objetivo ser como Jesús.
Es importante destacar que nunca alcanzaremos nuestras metas de intimidad con Jesús sin la santificación; y, sin intimidad y santificación, nunca tendremos éxito en nuestra misión celestial.
La misión tiene que ver con nuestro propósito en esta tierra. A diferencia de las Iglesias institucionales, concentradas en encontrar una hermandad eclesiástica compatible, entretenerse espiritualmente, elegir su filosofía religiosa personal o tener una mentalidad de “solo conseguir la salvación”, nuestra verdadera misión son las buenas obras que el Señor preparó incluso antes de que nos convirtiéramos en nuevas creaturas en Cristo (Efesios 2: 8-10). La misión es una parte integral de la esperanza, el futuro y la vida abundante que Dios tiene para nosotros (Jeremías 29:11; Juan 10:10).

Nunca llegaremos a desarrollar una intimidad plena con Jesús si no aceptamos la misión que nos asigna como Señor. En realidad, nunca seremos semejantes a Cristo a menos que, al igual que Jesús, nos neguemos a nosotros mismos y carguemos nuestra cruz todos los días (Lucas 9:23; Filipenses 2: 4–8). Para estar con Jesús y ser como Jesús, debemos estar para Jesús.