Introducción
Mientras estoy aquí sentada escribiendo este libro, pienso en toda la gente allá afuera luchando con crisis de identidad—aquellos que han sido víctimas de abuso sexual; los que han sido abusados físicamente; aquellos que viven esclavizados por hábitos como las drogas y el abuso del alcohol y el estilo de vida que esto conlleva. Pienso en quienes están enfrentando el divorcio; los que han sido rechazados por alguien que amaban; los que están sufriendo de dolor emocional; y aquellos que alguna vez tuvieron grandes sueños y ahora no tienen nada.
Mi corazón está con todos ustedes y oro para que este libro sea una inspiración para ustedes. Quiero decirles a todos los que están sufriendo una crisis de identidad que tenemos un enemigo cruel que se las ha arreglado para robar la identidad de mucha gente. Después de que leas este libro, serás capaz de descubrir tu identidad en Cristo. Serás capaz de recobrar tu valor. Serás capaz de recuperar lo que el enemigo te ha robado. Y tendrás confianza de quien eres en Cristo.
La inspiración para escribirlo me llegó al escuchar el testimonio de un joven respecto a cómo durante diez años luchó contra la adicción a las drogas y con el estilo de vida que esto conlleva. Me dijo cómo algo que comenzó como placentero se convirtió en algo que literalmente estaba destruyendo su vida. Relató cómo este estilo de vida lo estaba arrastrando cada vez más profundamente en un hoyo. Llegó a un lugar donde pensó que no había salida. Se encontró a sí mismo arrinconado. Mientras compartía su testimonio, el Señor me dijo que escribiera un libro y lo llamara Identidad Robada, así que de aquí es donde viene la inspiración para escribirlo.
Me gustaría decirles a quienes viven desesperados sin encontrar una salida, que sí hay una manera de lograrlo.
Hay esperanza para ti, a pesar del estado en que tu vida esta de lo más equivocada. No estás solo(a). Otros han vivido las mismas circunstancias por las que estás pasando y han logrado salir victoriosos.
Este joven creció en un hogar cristiano, con principios santos y aun así entró en el mundo de las drogas y quedó atrapado en un estilo de vida en el que sabía que estaba equivocado, pero no sabía cómo salir de él. Sólo porque vengas de un hogar cristiano eso no evita los ataques del enemigo.
El diablo no te dice que un día esa forma de vida ya no te va a proporcionar placer. Nunca te dice el resultado final del pecado. Nunca te dice en la miseria en la que te encontrarás. Nunca te dice que tu cuerpo te exigirá lo mismo que te está matando. No te dice que un día venderás tu alma de algún modo. ¿Por qué le llaman así? Nunca lo sabré. Hasta dónde puedo ver, nunca ha arreglado nada.
El diablo es astuto. Está preparando una trampa para atraparte. Esta trampa no tiene salida y es una trampa para robar tu identidad.
¿Muchos dirán cómo pudo suceder? ¿Cómo es que alguien de un hogar cristiano, terminó en tal predicamento? Esto es más común de lo que nos damos cuenta. Vivimos en un mundo lleno de tentaciones. Es fácil caer en las redes del enemigo. Al principio, no parece estar mal. No te das